martes, 12 de julio de 2011

Pena de muerte a los prometedores





Inna Ivanov se sentía realmente decepcionada. Siempre la misma pesadilla una y otra vez de la que no podía salir, tantas y tantas decepciones con tanta gente, se sentía morir. Inna Ivanov habría querido un mundo donde todo el mundo se respetase, donde se sufría a base de males "limpios", o lo que es lo mismo, sin juego sucio, pero la gente era sucia, y se daba cuenta demasiado tarde de ello. Ah... si lo hubiese sabido antes.

Esa mañana Inna Ivanov se levantó con un único pensamiento en la cabeza. Se sentó sobre su cama mientras le caía el cabello rubio sobre la cara, miraba al suelo, sus ojos claros fijos y paranóicos, una sonrisa algo macabra en sus labios, pero el corazón lo tenía hueco, porque ya no sentía nada, absolutamente nada, y ella se iba a encargar de acabar con los posibles conflictos futuros.. y también pasados, porque nuna, jamas se olvida.

Inna Ivanov caminó hasta la habitación de sus padres, fue directa a la cama y metió la mano por debajo de la almohada, sintió un ligero placer al saborear el frio del acero, la 22 magnum 5.7 x 28mm siempre estaba cargada. Se levantó admirando el arma y de reojo vió su reflejo en un espejo, estaba pálida y tenía una expresión ausente, sin vida, todo lo contrario que la determinación que existía en su interior. Inna levantó el arma y apuntó directamente sobre un lado de la cabeza. ¡Plom! Ese día se oíria ese sonido muchas veces....

Toda la familia de Inna estaba reunida en la casa, todos en el salón, mirando el televisor. Inna les observó durante unos largos minutos, luego, levantó la mano y les apuntó con el dedo. Una inusitada rabia se expandió por todo su cuerpo, le encantaría hacerlo. Disparó mentalmente a la mosca cojonera, al dictador y a la víctima, a todos, en la cabeza. Después de esto, Inna Ivanov salió de su casa muy temprano, se tapó la cabeza con la capucha emplumada para protegerse del frío y de la nieve que caía.

Primero se dirigió a la casa de Klara Petrov y allí encontraría a Eduard con ella. Después de mucho pensar y de charlas superficiales e inútiles Inna Ivanov sacó la pistola del bolsillo y sin mediar palabra apunto a las piernas de Klara y disparo, dos veces, una bala para cada pierna "Esto por no comprenderme nunca, por no sospechar nada de lo que me pasaba, por ser una estúpida ignorante y por no hacer lo que prometimos". Apuntó a Eduard en la cara, a su boca y la amargura que sentía se le revolvía en la boca, "ya no abriría mas su puñetera boca nunca mas, no insultaría ni le darían ganas de matarlo, porque en unos segundos ya estaría muerto para siempre, gente así de inteligente no podían desperdiciar su talento en soltar ese tipo de cosas por esa asquerosa boca, muere psicópata". E Inna Ivanov disparó a su boca.

El instituto estaba a las afueras del pueblo e Inna tardó en llegar, la pistola pesaba dulcemente en su bolsillo, y aún quedaba tarea por hacer.
Irina, Larisa y Marina se encontraban reunidas en la puerta del instituto, todas muy juntas y riendo, con sus caras de buenas personas. Inna pensó en los buenísimos momentos que había pasado con ellas, cuanto habñia reído, cuantos secretos habían compartido.... Ahora después de un tiempo s eolvidaban de ella, de ella, que tanto cariño les tenía y tanta ilusión le hacía volver a verlas de nuevo, pero esas tres malditas sonreían ahora con frialdad, claro... tenían cosas mejores que hacer, mejores cosas en las que pensar. Inna escupió veneno. Se plantó delante de ellas y sonriendo como tantas veces había hecho antes, tan apaciblemente, tan cariñosamente, apuntó con la pistola a las tres amigas y les metió una bala a cada una, en el pecho. 

Ahora se sentía mucho mejor, ya tenía cinco personas menos por las que preocuparse.

Raisa Semiónov y Boris Popov se comían la boca sentados en el pupitre, dentro del aula de educación física. Ella era la típica chica guapa y con algo de caracter por la que  todos los tíos babeaban, era una víbora mala persona y egoísta, vanidosa, caradura, puta, mentirosa.... Inna Ivanov la odiaba a muerte, siempre la había odiado pero si institnto ético y humanista no admitía aquello y se resignaba a aguantar personas así, pero ya estaba harta y se disponía a acabar con todo aquello que le hiciese pensar y sentirse mal. Inna le apuntó a la cara y apretó el gatillo, un balazo en toda la cara, ya nunca mas podría mirarse al espejo.

Boris era el típico chulo que se creía guapo. Se metía con todas las personas que simplemente querían ser ellas mismas, pero su orgullo de macho, su ignorancia hacia la vida y hacia el ser humano en general, hacia de este individuo una de las personas que yo mas detestaba y mas despreciaba. Siempre esa burla, ese daño, ese dolor, "le hubiese partido su asquerosa cara mucho antes, pero justo hoy esa mierda que vivía sobre la tierra y la marchitaba con su presencia nunca mas iba a molestar". Disparó una, dos, tres, cuatro veces a su estómago.

Inna Ivanov caminó hacia el parque, ya sabía quien estaba allí y encontrarle sería doloroso, pero mas doloroso sería lo que iba a sentir el dentro de unos momentos.
Vitaly Volkov, Vitaly.... cuando Inna posó sus ojos sobre Vitaly se dió cuenta de que ya no le quería ni lo más mínimo. Y el lo sabía, y sabía lo que iba a hacer, pero era un cobarde con la lengua muy larga, al igual que sus manos. "Cabronazo, deberías morir cada vez que haces daño a alguna mujer, deberías morir cada vez que mientes, cada vez que con esos ojos tuyos prometes cosas imposibles, muere, muere, muere. Si Vitaly hubiese aprendido mas de la vida, si se hubiese parado a pensar unos momentos en las cosas que tenía y podía tener, en lo que realmente importaba... pero prefería matar su vida viviendo demasiado, y antes de que se quedase sólo, antes de que mi muralla se rompiese yo voy a acabar con esta vida tuya de excesos, capullo. Yo te quería.", e Inna Ivanov le disparó en la entrepierna, tantas veces que el blanco nieve se volvió rojo sangre. Cuando acabó la sangre recorría sus brazos, goteando sobre la nieve.

Would you be content to see me crying
After all those little games you put me through
After all I've done for you you're lying
Wouldn't it be nice to tell the truth?
I gave you everything....

Inna Ivanoz se sentía extrañamente ligera, lo había logrado, todas esas personas que le hacían daño o le habían hecho daño ya no estaban en este mundo . No se preocuparía mas de ellos, no esperaría el malestar, ni las puñalas traperas, ni las decpciones, nada, cero, vacío, todo blanco... blaco como la nieve. Inna caminó y caminó, cada paso que daba iba a la liberación, tan sólo un paso mas... uno sólo, y sería libre al fin.
Inna llegó al lago helado, un chico patinaba sobre el agua congelada como si fuese un ángel, ella se quedó admirandole, hechizada, absorta... como un robot dio un paso, y otro, hasta posar sus pies sobre el lago. 

Yuri Smirnov. Cuando Inna levantó su magnum su pulso temblaba, algo frio recorría sus mejillas, eran.. ¡lágrimas! Era el que mas dolor le causaba, era un parásito, y como parásito, debía ser destruido. Fuente de sus alegrías y sus penas, nunca podría ser feliz teniendo a esta persona cerca de ella, y todo era un círculo vicioso porque no podía alejarse, pero tampoco acercarse, la mejor manera era hacerle desaparecer, justamente aYuri, el principal. "Te amo pero te odio". Nunca sería como ella quería, y se pasaba noches en vela pensando, martirizándose...
Inna apuntó directamente sobre su corazón. "Ojo por ojo, diente por diente, tu me robaste el mio, yo acabaré con el tuyo."

Shot through the heart as I lay there alone
In the dark through the heart
It's all part of this game that we call love
En el momento que Inna Ivanov destrozó el corazón de Yuri sitió un frío intenso, algo se abrió debajo de ella, ¿había renacido? Era como estar en el vientre de su madre, flotaba, podía moverse con fluidez pero ya no sentía aire en sus pulmones y hacía tanto frío que su cuerpo era totalmente insensible a todo, pero que paz, al fin tenía la mente en blanco, el corazón calmado... podía vivir en paz, para siempre, debajo del frío, siempre estaría fría, hasta el fin de los tiempos.... Siempre.






lunes, 4 de julio de 2011

Uller [Asteria Powerful]

Dicen que mas allá del pueblo, al otro lado opuesto a los bosques, en los montes oscuros y olvidados vive en el vientre de una montaña un brujo misterioso y cruel, nadie se ha atrevido a acercarse por temor a que la leyenda sea cierta, o quizás sea el tenebrismo y el pesimismo que ese lugar hacen sentir a las personas.

Un ave negra está posada sobre la cima del castillo de Las Powerful, The Sunset Rouge, y es el lugar más alto de toda ShonyTown, desde el se ve todo el pueblo, pero su misión es otra. Una chica de rostro pálido y cabello rojo mira desde la torre más alta, en sus manos un telescopio de bronce y en sus ojos claros se reflejan las miles de estrellas que observa cada noche. Ella no se ha dado cuenta del pájaro de mal agüero que la observa desde hace horas, tan concentrados cada uno en sus intereses. La chica bosteza y decide irse a dormir, entonces el pájaro alza sus alas negras como la noche y sobrevuela el castillo y sus alrededores, cruza el puente de madera que une el castillo con el pueblo, bajo un mar oscuro y tranquilo. La gente duerme. No hay más luz que la de la Luna y las estrellas.
Después de sobrevolar un valle ve a su izquierda un gran bosque mágico con extrañas criaturas y extraños inquilinos, allí mora un grupo de magos y brujas que han decidido vivir en la naturaleza, tienen la mano muy larga y muy atrevidos son, piensa el ave negra con resignación, el sabe mucho de este lugar, ha tenido el tiempo suficiente para conocer todos los secretos, pero siempre de noche. Pero el se dirige a su derecha, a los montes y de entre ellos divisa el elegido, un monte resguardado, no muy alto, pero eso no importa, sabe lo que hay en su interior y su alma respira cansancio.
A primera vista, después de entrar por una cueva, no hay nada interesante, más si sigue hacia delante sus ojos brillan impresionados, siempre le pasa igual, el espacio de dentro es enorme, cientos de pilares altísimos hasta la bóveda y al final, un trono. El pájaro se acerca y reposa sus cansadas garras sobre la cabecera del trono…

Es cierto, las leyendas que se cuentan no mienten. Un chico de unos 20 a 25 años está sentado en el trono, su cabeza gacha, un brazo parece dormir sobre el reposabrazos, como sin vida y su gemela extremidad se dobla, apoyado el codo en la silla y la mano aguantando la frente pálida. Su mano contrasta claramente con su cabello negro como el carbón, casi lacio, algo enredado.
Él por entero parece bicolor, su ropa es negra, camisa de botones con algún que otro adorno en negro, pantalones negros, botas negras de cuero y una capa larga sobre los hombros. El chico suspira pesadamente, como si su mente hubiese estado pensando algo importante y al darle vueltas y vueltas, se hubiese visto sin salida ni respuesta. Ahora sus brazos descansan a cada lado, levanta la cabeza y mira hacia no sabe donde, su ojos grandes, oscuros y melancólicos no parecen tener vida si no fuese por pequeño punto de luz que en ellos se refleja. Tiene un rostro juvenil, nariz recta sin nada en particular, su boca permanece cerrada, algo severa pero con tendencia a la expresión de tristeza.
A medida que pasan los segundos algo en su rostro le hace parecer una persona cruel y arrogante, es su conciencia que no desea permanecer en el estado anterior ni en soledad.
Se levanta y sus pasos resuenan en las paredes y el techo. Es medianamente alto, delgado pero atlético, de hombros rectos y de porte elegante.

El es Uller Tristán, señor de su morada en la profundidad de la montaña y vive solo, siempre vivió solo. Uller es todo un misterio, esconde su rostro debajo de su cabello negro, largo hasta la mandíbula, mechones sobre su frente. Las pocas personas que le han conocido dicen de el que es culto, algo distante y frío, de buenos modales y algo  arrogante y cruel cuando se enfada. Poco mas se puede decir de el.

El mismo se considera así en sociedad, pero hay mas, mucho mas lo que el guarda dentro de si, mas nunca tuvo la oportunidad de demostrárselo a nadie, ni a si mismo. Los años le han dejado como sin vida y siente que el nada puede hacer, el hielo de su corazón le ha helado los sentidos, las emociones,  los sentimientos… En su interior sabe lo que necesita pero no se lo merece, o eso cree el, además, está tan lejano…